lunes, 10 de diciembre de 2007

Un falso gallego en Ushuaia


Esto fue lo que me dijo la chica del hostal cuando vio mi pasaporte, al final resultó que era nieta de un ferrolano de Canido que también llegó hasta el fin del mundo.


Hice el viaje en autobús desde Punta Arenas, cruzamos en estrecho de Magallanes por el Norte de la isla de Tierra del Fuego, el mar manejaba el transbordador a su gusto y las olas pasaban por encima comi si se tratase de una chalana, eso que comentaban que el mar estaba em calma, normalmente hay que esperar varias horas para cruzarlo, el día anterior fueron 9. Atravesamos la parte chilena hasta el paso de San Sebastián, donde entramos en territorio argentino, de allí a Río Grande, en la costa atlántica y de alli cruzamos la isla de este a oeste hasta Ushuaia. Hasta Río Grande la isla es una enorme planicie como un verde mar lleno de ovejas, luego el terreno se va ondulando y haciendo más abrupto, la pradera deja lugar a frondosos bosques y pronto no vemos atravesando un nevado maciso montañoso. Bajando hacia Ushuaia comenzó a nevar y ya no paró.


El entormo es precioso, mires para donde mires ves paisajes para fotografiar, la ciudad también lo es pese al frío, auque hoy salió el sol y se hace más soportable. Los días son muy largos anochece cerca de las 12 y a las 4 ya es día.


Por la mañana subí hasta el glacial del Matrial, que está justo encima de la ciudad, 7 km de empinadas cuestas, pero valió la pena, aunque ahora me encuantre para el arrastre.

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